martes, 18 de febrero de 2014


La doctrina social de la Iglesia católica es el conjunto de normas y principios que hacen referencia a la realidad social, política y económica de la humanidad basándose en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia católica.

Esta tiene como centro la dignidad de la persona humana y busca en todo momento defenderla y dar principios que ayuden a su crecimiento y desarrollo. Estos principios son lo siguientes:


     El principio del bien común.

Para la DSI este es el primero de todos ya que todos los bienes que existen son bienes para todos los seres humanos. Este principio es una tarea que nos compete a todos y por ello todos los bienes que existen sobre la tierra han de llegar a todos los seres humanos.

 

     El destino universal de los bienes.

Este principio nos recuerda que todo cuanto existe tiene una dimensión universal. Apuesta de manera moderada por el sentido de la propiedad privada ya que ayuda a que las personas puedan tener un mínimo de espacio para vivir para que así se respete su libertad. El Papa Juan Pablo II repetía que “Sobre toda propiedad privada, hay una hipoteca de los bienes que han de llegar a todo”

Nos muestra que Dios creo todas las cosas para todos y por tanto la distribución ha de ser justa

 

     El principio de subsidiaridad.

Según este principio el ser humano tiene una responsabilidad ante sí mismo y ante los demás  de producir lo que debemos de producir. Pero tenemos ciertas limitaciones y es cuando debemos tomar como apoyo dicho principio ya que nos facilitara su realización. Esto supone un progreso y avance. Es un principio que lo exige también la razón.

 

     El principio de participación.

Es algo inherente al ser humano ya que forma parte de nuestra existencia. Esto supone un derecho a participar pero también conlleva el deber de participar.


     El principio de solidaridad..

Es la manera de mostrarnos unidos y apoyándonos mutuamente unos a otros. Pero esto hay que hacerlo de una manera consciente y cada uno a de contribuir con su granito de arena en el camino y en la construcción de un mundo solidario.


     El principio de los valores.

Los cuatro grandes valores fundamentales son los siguientes:

-       La verdad ya que sin esta no se puede avanzar.

-       La libertad pero esta debe ser sabiamente empleada ya que se puede mal entender y emplear para fines no correctos y buenos.

-       La injusticia que es el paso previo hacia la paz

-       El amor que debe imperar en el corazón de todo ser humano.


     El valor principal del amor.

Este es el que vincula al resto de principios, es decir, es la base sobre la que se forjan los demás y la guía que los conduce a todos ellos.

Por lo que el camino del amor, la vía del amor  siempre será el camino que nos lleve hacia el desarrollo, hacia el respeto de las personas y de los derechos humanos.         



·         NUESTRO SISTEMA ECONÓMICO


Este sistema considera el provecho como principal motor del progreso económico, la concurrencia como la ley suprema que dicta la economía, la propiedad privada de los medios de comunicación  como un derecho absoluto sin límites.

 En nuestros tiempos hay una descomunal y tiránica potencia económica en manos de unos pocos que se ocupan del manejo y cuidado de las riquezas, pero lo hacen según su propio criterio y este suele ser poco correcto.

La acumulación de recursos y poder es el resultado de la ilimitada libertad de los competidores, de la cual han salido bien parados solo los poderosos.

Las consecuencias de esto son concurrencia que provoca un efecto negativo sobre si misma, la dictadura económica se adueña del mercado libre, la economía ha cambiado para convertirse en dura, cruel y atroz.

La Iglesia también hace un llamamiento a que a pesar de la ambición que puede tener el trabajador por mejorar su condición siempre lo haga por el camino correcto, es decir, por el camino del bien y no siguiendo principios que estén en contra de lo establecido por Dios.

Se nos invita a meditar sobre el problema en sí que causa toda esta cadena de calamidades y nos sugiere que al igual estamos equivocados ya que las estructuras mecánicas y burocráticas, a las cuales echamos la culpa, funcionan perfectamente y en realidad somos nosotros, nuestras propias estructuras las que presentan fallos.

Toda persona tiene propiedad de su trabajo y por consiguiente del capital producido con él. Aparte tenemos que darnos cuenta que el trabajo es fundamental e imprescindible para el correcto funcionamiento, mientras que el capital es simplemente el instrumento. Esto nos lleva a la conclusión que se requiere de ambos y por tanto estos forman un conjunto.

Esta idea representa la crítica y vía de superación de dicho sistema

Debemos hacer unos cambios como romper las barreras de los monopolios que marginan a los pueblos del desarrollo que se está produciendo y del cual se están beneficiando un grupo determinado de la sociedad.

Hay que considerar las consecuencias que trae consigo el sistema económico actual, es decir, el capitalismo y que nos afecta a todos. Y a su vez hay que tratar de salvar lo máximo posible la justicia en las relaciones laborales.

En la actualidad el hecho de cerrar la mente a otras posibilidades a otras expectativas causa que nuestro conocimiento sobre las cosas quede limitado y con ello pongamos límite a nuestra evolución como persona, como ser humano. Por eso la DSI nos induce a que pensemos a que reflexionemos a que nos plantemos temas que ya creemos estáticos porque gracias a dicha reflexión podemos alcanzar nuevas cualidades.

 

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