El concepto de dignidad,
desde el punto de vista religioso, viene de la palabra “parentesco”, uniendo el
hombre a Dios, ya que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. El
hombre tiene unas cualidades que le fueron atribuidas por Dios, como el
pensamiento, el lenguaje, etc., por las que puede demostrar su superioridad
sobre los demás seres. Dios le otorgó sólo al hombre las capacidades más
nobles.
Desde el punto de vista
secular, la dignidad humana deriva de la naturaleza humana, pero no tiene
origen divino. El hombre es un fin en sí mismo y no debe tratarse como un
medio, por eso se establecen los derechos humanos. La dignidad humana tiene un
alcance vertical debido a la superioridad del ser humano respecto de los
animales, pero también horizontal ya que los seres humanos son iguales sea cual
sea su rango en la sociedad.
Las dos teorías otorgan
un valor absoluto al ser humano. La dignidad es un valor intrínseco e
insustituible. El hombre es digno por su condición, independientemente de su
posición social u origen y no es necesario que demuestre su excelencia ante
los demás para que le reconozcan este
valor.
En la práctica esto no
es realmente así, ya que hay situaciones a nuestro alrededor donde se vulnera
la dignidad del ser humano.
Aunque haya
desigualdades entre los individuos, esto no implica un tratamiento desigual
entre las personas. Todos merecemos un respeto por el hecho de ser humanos. Las
diferencias raciales, físicas o culturales no son motivo para tratar a nadie de
forma diferente, sino que todos somos iguales en dignidad.
*La dignidad del hombre requiere que obre según su
libre elección, sin ninguna coacción externa”.
Pablo VI
*Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo”. Abraham Lincoln
*Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo”. Abraham Lincoln
La dignidad humana es
un derecho fundamental, inherente al ser humano, inviolable, porque es un ser
racional, inteligente y que posee libertad.
Todos los seres
humanos pueden mejorar su vida ejerciendo la libertad y tomando sus propias
decisiones.
La dignidad se basa en
el respeto que la persona tiene de sí misma y merece lo mismo por parte de los
demás, igual que cada uno debemos de tratar a los demás con el mismo respeto.
Todos merecemos respeto sin importar cómo somos, ni de dónde venimos. Una persona
que no se respeta a sí misma, no respetará a los demás.
Se merece el mismo
respeto un niño que una persona mayor, o a un enfermo que a un sano.
La educación bien
dirigida respetará la dignidad de las personas. Debemos aceptar las diferencias
de cada persona y aceptarnos como somos teniendo en cuenta la dignidad de la
otra persona y ser amable en el trato y hacerlo con respeto.
Todos nacemos iguales
y con los mismos derechos en la vida, y cuando no defendemos nuestros derechos,
perdemos la dignidad.
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